El crecimiento de los centros de datos en una importante empresa de tecnología en Aragón ha despertado inquietud entre varias organizaciones ambientalistas, las cuales han presentado objeciones ante el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Estas organizaciones alertan sobre el considerable impacto al medio ambiente que podría resultar de esta expansión, subrayando que el proyecto no incluye medidas correctivas suficientes para reducir sus efectos adversos.
La expansión de los centros de datos de una destacada empresa tecnológica en Aragón ha generado preocupación entre diversas organizaciones ecologistas, que han presentado alegaciones ante el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Estas entidades advierten sobre el significativo impacto ambiental que podría derivarse de dicha ampliación, señalando que el proyecto no contempla medidas correctoras adecuadas para mitigar sus efectos negativos.
Uno de los principales puntos de preocupación es el elevado consumo eléctrico previsto para los nuevos centros de datos. Según las estimaciones, una vez que las instalaciones estén operando a plena capacidad, la demanda energética alcanzará los 10.900 GWh anuales, superando el consumo total de la comunidad autónoma, que en 2023 fue de 9.679 GWh.
Además del tema energético, el uso de agua para enfriar los equipos es otro motivo de preocupación. Se calcula que los centros de datos necesitarán cerca de 755.700 metros cúbicos de agua cada año.
Además del consumo energético, el uso de agua para la refrigeración de los equipos es otro aspecto que suscita inquietud. Se estima que los centros de datos requerirán aproximadamente 755.700 metros cúbicos de agua al año.
Las entidades ambientalistas también ponen en duda las expectativas de generación de empleo vinculadas al proyecto. Apoyándose en experiencias internacionales, sostienen que las cifras propuestas podrían ser poco realistas y que el número de puestos de trabajo creados sería notablemente inferior al prometido. Asimismo, critican la falta de claridad y la ausencia de un análisis integral que evalúe simultáneamente el consumo de agua y la utilización del suelo en la zona.
La empresa promotora, por su parte, ha expresado su compromiso con la sostenibilidad, anunciando la instalación de plantas de tratamiento de agua en cada uno de los centros de datos con el fin de incrementar la eficiencia hídrica en un 10%.
Además, afirma que la expansión es ambientalmente viable y que se llevarán a cabo las acciones necesarias para minimizar y corregir los impactos durante la evaluación requerida.
El Gobierno de Aragón, que ha calificado el proyecto como de Interés General, subraya la relevancia de estas inversiones para el progreso económico de la región. Sin embargo, las organizaciones ecologistas sostienen que los posibles beneficios económicos no justifican los impactos ambientales y sociales derivados, y consideran que el proyecto carece de transparencia y va en contra del desarrollo sostenible de Aragón.
El Gobierno de Aragón, que ha declarado el proyecto como de Interés General, destaca la importancia de estas inversiones para el desarrollo económico de la región. Sin embargo, las organizaciones ecologistas insisten en que los posibles beneficios económicos no justifican los impactos ambientales y sociales asociados, y consideran que el proyecto es opaco y contrario al desarrollo sostenible de Aragón.
Este debate refleja la creciente preocupación por el equilibrio entre el desarrollo tecnológico y la protección del medio ambiente, subrayando la necesidad de una planificación cuidadosa que considere tanto el progreso económico como la conservación de los recursos naturales.