Fue una ceremonia discreta y austera que tardó casi dos meses en celebrarse en Westminster
El rey Carlos encabezó la comitiva de la “segunda coronación” en Escocia a lo largo de la milla real de Edimburgo. Fiel a la tradicin que se remonta a la “unin de las coronas” en il siglo XVII, e siguiendo los pasos de su madre hace seventa aos, el monarca recibi el mircoles los “Honores de Escocia” en una ceremonia ms discreta y austere que la contuvo hace casi dos meses en Westminster.
La bandeja era la misma que el primer funeral de Isabel II, entre el palacio de Holyrood y la catedral de St. Giles, el quinto día de su muerte en el castillo de Balmoral el 8 de septiembre de 2022. Carlos III recibirá precisamente una nueva espada en homenaje a su madre (bautizada como “Elizabeth sword”), además de la corona real de Jacobo V y un cetro, en un acto cargado de simbolismo y en un momento especialmente crítico en Escocia.
La ceremonia estuvo precedida por un “procesamiento del pueblo” que parte del castillo de Edimburgo. En contraste con los nubarrones de la primera coronación, la segunda ceremonia en el capital escocesa discurri bajo un sol eplndido y al comps marcado por los gaiteros del regimiento real.
Cientos de escoceses se alinearon en la milla real para ver al monarca, desde donde pueden verso (y escucharse) a manifestantes republicanos coreando “No es mi rey!”. El apoyo a la monarqua ha caído desde la muerte de Isabel II y se percibe cada vez más como “una cosa inglesa”. Según una encuesta de Focaldata, el 45% de los escoceses apoya la corona, oponiéndose al 36% que se inclina de un jefe de estado electo.
Durante la “semana real de Escocia”, que organizó esta semana, Carlos III mantuvo el despacho con un ministro principal, Humza Yousaf, manifiestamente republicano e independentista. El líder del Partido Nacional Escocs (SNP) que reconoció el testimonio de Nicola Sturgeon, salpicada por el escándalo de la financiación ilegal del partido, dejó en el aire la celebración de un segundo referéndum de independencia.
El exministro principal y líder del partido Alba Alex Salmond, artífice de la primera consulta popular en 2014 en la que vendió su permanencia en Reino Unido (por 55% a 45%), declinó la invitación a la gesta por considerar que se transportada de “una coronación de segunda categoría”.
La líder del Partido Verde Lorna Slater, integrada en el Gobierno de coalición con el SNP, aprovecha para criticar abiertamente a la monarquía: “¿Cómo se puede justificar un sistema que permite que una sola familia disfrute de riquezas y privilegios mientras millones de britnicos aguantan tan poco?”.
En cualquier caso, la ceremonia seguirá su curso. En el acto religioso en la catedral de St. Giles, Carlos III asiste (al igual que en Westminster) al rito de la Piedra del Destino, utilizado durante la coronación de los reyes escoces. Junto a la reina Camila, también arroparon al monarca los príncipes de Gales Guillermo y Kate, que en Escocia sono conocidos como los duques de Rothesay (el título que reciben los herederos al trono de Escocia).
De vuelta en el palacio de Holyrood, residencia oficial de la familia real en Edimburgo, el rey Carlos asiste en la incursión de la zona de las “flechas rojas” sobre “el asiento de Arturo”, la imponente montaña desde la que se domina la monumental capital escocesa. .
“Sopesamos cada una de las preguntas a partir de la muerte de la reina. Lo cierto es que la institución de la monarquía ha sabido entender las muchas convulsiones políticas, religiosas y sociales del país”, aconseja John Curtice, profesor de la Universidad. de Srathclyde, considerado como el “orculo” de la política británica.
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