Durante los últimos meses, múltiples compañías en Estados Unidos han optado por disminuir o suprimir sus iniciativas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) como resultado de presiones tanto políticas como sociales. Entre estas empresas se encuentran Target, BlackRock, Bank of America y Wells Fargo.
En los últimos meses, varias empresas estadounidenses han decidido reducir o eliminar sus programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) debido a presiones políticas y sociales. Entre ellas se encuentran Target, BlackRock, Bank of America y Wells Fargo.
Target, una de las principales cadenas minoristas en Estados Unidos, ha comunicado recientemente la conclusión de su iniciativa «Belonging at the Bullseye», que fue creada después de la muerte de George Floyd en 2020. Este programa estaba diseñado para apoyar el avance profesional de empleados afroamericanos y mejorar la experiencia de compra para la comunidad negra. Además, la empresa ha decidido cancelar la implementación de metas trienales de DEI, las cuales buscaban incrementar la contratación y promoción de mujeres, minorías raciales y otros colectivos históricamente marginados. También se descontinuará un programa destinado a ampliar la oferta de productos de empresas propiedad de afroamericanos y otras minorías.
BlackRock y Bank of America modifican sus políticas
BlackRock, el gestor de activos más grande del mundo, ha eliminado sus metas de DEI y ha formado un nuevo grupo llamado «talento y cultura». Esta medida sigue los cambios en el contexto legal y político de Estados Unidos tras la reelección del presidente Donald Trump. En un memorando interno, BlackRock señaló que ya no será necesario que los gerentes de contratación evalúen una lista diversa de candidatos para los empleos y que el personal enfocado en DEI se integrará en un nuevo equipo de talento y cultura.
Por otro lado, Bank of America ha removido sus políticas de DEI en el contexto de la campaña de la Casa Blanca contra las prácticas «woke» en corporaciones estadounidenses. Informes reguladores indican que la compañía ha retirado el lenguaje que fomentaba la representación de minorías. Esta acción coincide con una orden ejecutiva del presidente Trump que instruye al fiscal general a erradicar las políticas de DEI en el sector privado.
Wells Fargo y otros bancos adoptan la misma dirección
Wells Fargo y otros bancos siguen la tendencia
Wells Fargo ha puesto fin a una política que requería una lista diversa de candidatos en la ronda inicial de entrevistas para puestos de alto nivel en Estados Unidos. Esta decisión sigue a críticas del presidente Trump, quien ha dirigido a las agencias gubernamentales y al sector privado a poner fin a la «discriminación ilegal» y ha calificado las políticas de DEI como un «engaño». Esta medida alinea a Wells Fargo con otras instituciones financieras como Citigroup y Bank of America, que también han reducido sus iniciativas de DEI.
La disminución de las iniciativas de DEI por parte de estas empresas ha provocado diversas reacciones. Por un lado, algunos grupos conservadores han celebrado las decisiones, argumentando que las iniciativas de DEI pueden ser vistas como imposiciones ideológicas. Por otro lado, activistas y defensores de la diversidad han manifestado su preocupación y desilusión. Por ejemplo, la retirada de Target en materia de DEI ha causado reacciones enérgicas y llamados a boicotear por parte de la izquierda, incluidos grupos de derechos civiles y los descendientes de uno de los fundadores de Target. Desean que Target defienda la diversidad como un objetivo profundamente arraigado en prácticas empresariales sólidas, como la empresa lo había hecho durante muchos años.
Consecuencias futuras
Implicaciones futuras
La reducción de las iniciativas de DEI por parte de estas empresas plantea preguntas sobre el futuro de la diversidad y la inclusión en el ámbito corporativo estadounidense. Mientras algunos argumentan que estas políticas son esenciales para promover la equidad y reflejar la diversidad de la sociedad, otros las ven como innecesarias o incluso divisivas. La evolución de este debate podría tener implicaciones significativas para la cultura empresarial y la cohesión social en los Estados Unidos.